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La vuelta al mundo con los tés Montecelio

El té es la segunda bebida más consumida en todo el mundo y una de las más antiguas, lleva presente en nuestra historia siglos. Por eso, no es de extrañar que cada cultura haya adoptado su propia manera de prepararla. Entorno al té se refleja muchas veces los valores de cada lugar y sus gustos culinarios. Pues, en muchas culturas juega un papel importante en su gastronomía. ¿Te apetece un viaje a los países con más cultura de té? ¡Allá vamos!

CHINA

Primera parada imprescindible de nuestro recorrido, pues la historia del té comienza en China en la época de las seis dinastías (589-222 a.C.). En sus inicios el té se convirtió en tributo real, llegando incluso a utilizarse como moneda de cambio. Una bebida tan apreciada no tardó en adquirir importancia entre la nobleza, y es que hasta el emperador tenía un té reservado para su consumo. El té Pu Erh, conocido también como el té de los emperadores, que estuvo durante mucho tiempo prohibido para el resto de los chinos. No es de extrañar que escogieran este té y no otro, pues es el más complejo en cuanto a sabor y aromas; conseguidos gracias a una cuidadosa elaboración. Su proceso de fermentación puede alargarse ¡30 años!

El té en China juega un papel fundamental. Es símbolo de hospitalidad para los invitados, demostrando su aprecio cuanto mayor es la calidad. Durante la ceremonia del té en China utilizan tres pequeñas teteras de barro: una para calentar el agua, otra para las hojas del té que será donde luego se prepare y una última para servirlo.

JAPÓN

El té llegó a Japón gracias a los monjes budistas de China. Ellos fueron los que introdujeron el té por excelencia en este país: el té matcha. Este, es el protagonista de la ceremonia del té en Japón. Es una variedad de té verde muy especial que a diferencia del resto, no es un té en hoja sino que está molido. De hecho, matcha en japonés significa “té en polvo”. La ceremonia del té en Japón se llama Chanoyu es un ritual que se basa en cuatro principios: Wa (armonía), Kei (respeto), Sei (pureza) y Jaku (tranquilidad). Tradicionalmente esta ceremonia tenía lugar en las casa de té o en japones sukiya o chayitsu, donde se encontraban las geishas expertas en la realización de la ceremonia del té.

INDIA

Hoy en día India consume 15 veces más té que café, pero no siempre fue así. Fueron los ingleses quienes comenzaron a cultivar té en la India de forma más generalizada y también ellos los que incentivaron el consumo de este en el país. Inicialmente, se consumía al estilo inglés: con leche y azúcar. Pero poco a poco los indios hicieron esta bebida suya, incorporando al té una mezcla de especias que ya usaban en su tradicional medicina ayurveda. Y así nació el masala chai, que en hindi significa mezcla de té. Hoy en día, casi por cualquier callejón de la India encontraremos los Chai Wallahs (vendedores de té ambulante) ofreciéndonos esta bebida.

INGLATERRA

La costumbre de  tomar el famoso té de las cinco, comenzó con la duquesa Ana Russell de Bedford en el siglo XVIII. A ella le gustaba tomarse un té con pastas después de su siesta. La nobleza inglesa no tardó en acoger esta buena costumbre y reunirse para poder disfrutarlo juntos. Hoy en día, entorno al té en Inglaterra hay un protocolo. La vajilla debe ser de cerámica o porcelana y preparan el té bajo unas normas que siguen minuciosamente. Y aunque el té es el protagonista, se acompaña de dulce: pastas, plumcake y muffis.

MARRUECOS

De primeras parece que extraña un poco que en un sitio que asociamos al calor y al desierto el té este tan presente. No parece muy refrescante, ¿no? Pues nada más lejos de la realidad. Los tuareg eran gente inteligente que sabía que el té sacia más la sed que un vaso frío de agua. Más aún si le incorporamos menta y hierbabuena.

El té moruno es símbolo de hospitalidad y se prepara en la vajilla típica: tetera metálica y vasos altos de cristal con motivos árabes. Les gusta añadir al té verde Gunpowder, además de la menta y la hierbabuena; azúcar. Mucho azúcar. Lo introducen todo en la tetera, y lo sirven echándolo desde lo alto.